Entrevista a Valentina A.
Entrevista a Valentina A.

Sin lugar a dudas la pandemia y la crisis del COVID-19 ha visibilizado y expuesto las históricas desigualdades entre hombres y mujeres en cuanto a las labores domésticas y las tareas de cuidado. ¿Cómo podemos comprender el doble rol y la explotación que viven las mujeres desde la crisis actual? 

Para Valentina Álvarez, investigadora post doctoral de la Universidad de Valparaíso, “la pandemia intensificó la privatización de los cuidados, que hasta antes del confinamiento tenían lugar en el hogar. Y decimos ‘intensificó’ porque es en el capitalismo donde la familia se ha nuclearizado”. Esto, porque con el cierre de salas cuna, jardines infantiles y escuelas, además de las restricciones de acceso y prioridades en los centros de salud redirigidos al tratamiento del COVID-19, se presionó a los hogares a tomar decisiones y responsabilidades sobre las necesidades de cuidado de niñes y personas enfermas; añade la doctora en sociología. 

Los datos han sido claros, la responsabilidad sobre las tareas de cuidado recayó mayoritariamente en las mujeres. Algo que para Álvarez sería, “consecuencia tanto de la manera en que el confinamiento afectó la economía y el mercado del trabajo, como de la construcción cultural de género que, desde la teoría de la reproducción social se han demostrado profundamente imbricadas”. 

Si analizamos el escenario completo, vemos que las actividades económicas más afectadas por la pandemia fueron aquellas donde se observa una mayor ocupación femenina y donde hay contacto directo con personas tales como alojamiento y servicios de comida, comercio 

y el trabajo doméstico remunerado. Tanto es así, que la CEPAL ha denunciado el retroceso en una década en la región en lo que a empleo femenino se refiere.  “A pesar de ello, el desempleo fue mayor entre los hombres, precisamente porque el confinamiento implicó la retirada de las mujeres de la fuerza laboral, es decir, no buscaron trabajo”, explica la experta en género y producción/reproducción social. 

Los estudios sobre trabajo femenino, dan cuenta que, “desde hace décadas las labores de cuidado aparecen como una de las grandes mochilas que cargan las mujeres y que dificultan su incorporación al mercado laboral”, comenta Álvarez, añadiendo que, “es un momento que nos permite volver a discutir ciertas afirmaciones que han estado presentes en distintos momentos del feminismo marxista: las mujeres como un ejército de reserva del mercado laboral, o la necesidad de socializar el cuidado para permitir una incorporación igualitaria en este mercado”. 

Por otro lado, la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo de 2015 del INE, dio cuenta -de forma objetiva- algo que como mujeres sabemos por nuestra experiencia cotidiana: son mayoritariamente las mujeres quienes dedican más del doble de horas y cargan con mayor responsabilidad) a las labores domésticas y de cuidado que los hombres, independiente de si trabajan remuneradamente o no. Ahora bien, la pandemia ha aumentado la cantidad de trabajo. “La pandemia impuso nuevas demandas de acompañamiento en la educación de los hijos, por ejemplo con tareas escolares o clases online, intensificó el cuidado a personas mayores y enfermos y aumentó las demandas de higiene doméstica, entre otras cosas”,  dice Valentina Álvarez, para quien no es extraño que entre los grupos más afectados en salud mental, como consecuencia de la pandemia, se encuentren las mujeres. 

Ahora bien, para Álvarez, integrante del Grupo de Estudios Feministas  en el contexto del capitalismo neoliberal (y globalización) la clase trabajadora en su conjunto está viviendo un proceso de feminización en otro sentido: se ha generalizado un trabajo de peor calidad que históricamente ha estado disponible para migrantes con menos derechos o mujeres, porque su capacidad de gestar y lactar las ha posicionado desfavorablemente en el mercado del trabajo

En esa línea y pensando en los desafíos venideros, para la investigadora del IIPSS es importante: “recalcar la potencia teórica y política del feminismo contemporáneo en su lucha y denuncia contra la precarización de la vida, una precarización que ya siendo violenta, acrecienta aún más la violencia de género. En la actualidad, ya no es posible pensar feminismo sin antirracismo, ecologismo, plurinacionalidad. Esta ola feminista en la que nos encontramos es, como dicen mis compañeras, la forma contemporánea de las luchas históricas de la clase trabajadora”, cierra Álvarez.

Puedes leer el artículo: “Por el bien colectivo. Una reflexión sobre el aborto en Chile desde la perspectiva de los siempre alienables derechos de las mujeres”, de Valentina Álvarez en el siguiente link: https://bit.ly/ArticuloVA